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lunes, 28 de febrero de 2011

Radio Argentina

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domingo, 27 de febrero de 2011

Testimonio de Un Adventista

Mi experiencia con los Adventistas Históricos
Una experiencia de la vida real.

Nací el año 1970 en un hogar Adventista del 7º día. Mis primeros años de vida se desarrollaron en un marco de intenso involucramiento en las actividades de la iglesia. Mi padre era jefe de diáconos, era maestro de escuela sabática, director de una escuela sabática filial, predicador en campañas de semana santa y otros proyectos evangelísticos. Cada sábado estabamos con mi padre a las 7 de la mañana en la iglesia, y yo asistía a la clase de maestros, escuela sabática, sermón, actividad misionera, sociedad de jóvenes, actividades sociales y todo tipo de actividad de la iglesia, hasta juntas de iglesias, congresos, grandes campañas evangelísticas de tres meses, todas las noches, club de conquistadores, predicación casa por casa, etc., todo eso siendo solo un pequeño niño. Amaba a mi iglesia, y disfrutaba de cada actividad de la misma.
En esos tiempos yo no sabía ni me imaginaba que en mi amada iglesia podrían haber divisiones, u otros problemas de algún tipo. Era tan grande la seguridad de que al ser la iglesia verdadera, que como un niño que confía en su padre, yo confiaba que todo en la iglesia estaba bajo control, o posiblemente los mayores eran muy hábiles en ocultar mayores problemas.
Teniendo 9 años de edad pedí insistentemente el bautismo. Fui bautizado, yo estaba emocionado y orgulloso de ser miembro oficial de una iglesia tan maravillosa. Para ese tiempo empecé a darme cuenta que habían ciertas cosas un poco raras para mi manera de ver las cosas. Una iglesia Adventista de mi ciudad, fue arrasada por un grupo de personas a las que llamaban "Adventistas Reformistas". Eran gente un poco rara. Me solía parecer que eran personas muy enojadas. Escuché algunas discusiones acaloradas con ellos, y algo que me impresionó profundamente fue cuando una mujer de este grupo, a gritos le dijo a mi madre que si no aceptaba "su mensaje", mi madre iba a morir en menos de un año. Bueno, hoy hace más de 20 años de eso y mi madre goza de muy buena salud, y no aceptó "ese mensaje" que me parecía tan raro.
Tuve el privilegio de formarme en la escuela Adventista y también en el Colegio Secundario Adventista. Al entrar en la etapa de la adolescencia, como todo adolescente, empecé a cuestionarme muchas cosas, lo cual me llevó a empezar a desarrollar un pensamiento más analítico que en la niñez, y al mismo tiempo surgió el deseo de ir más profundamente a la Biblia, y al estudio de libros denominacionales. Empecé a ver que no todo era perfecto en la iglesia, y eso me produjo cierta rebeldía.
Tuve la oportunidad de ir a los 15 años a un colegio Adventista con internado. Gocé mucho de esta experiencia, y creo que también para esa época algunos profesores me ayudaron a madurar en mi visión sobre la realidad, y también en formarme en los primeros experimentos de democracia que teníamos en Latinoamerica, luego de muchos años de dictadura. Agradezco a Dios el haber tenido la posibilidad de haber nacido en un tiempo donde nacía de vuelta la oportunidad de poder elegir en el campo de las ideas, en el campo del pensamiento, y también en otras áreas. Allí también llegué a entender que como ser libre e inteligente, tenía el mismo derecho de analizar y llegar a una propia comprensión de la verdad, y que eso mismo implicaba que no todos teníamos que llegar exactamente a las mismas conclusiones en algunos puntos que yo consideraba cuestionables. Descubrí que tenía ideas diferentes aún con mi mismo padre, que tenía en esa época una línea un poco autoritaria, y con un fuerte énfasis en el perfeccionismo. Yo sabía que el no era perfecto, y que yo tampoco por supuesto.
Al terminar el Colegio Secundario, en medio de una crisis vocacional, decidí ir a estudiar al Seminario teológico. Eran los últimos años de la década del 80. Yo solo tenía 17 años. Me inicié y aunque las materias de idiomas me hicieron tambalear más de una vez, me enamoré del campo teológico, de las materias teológicas, disfruté al máximo de cada hora de clase, de las prácticas, de todo lo que podía obtener en ese lugar tan especial. La universidad Adventista era algo magnífico para mi vida. También disfruté de las oportunidades extra áulicas, como las semanas de oración, los paseos y caminatas por el campo, la amistad con personas de distintas ideas, de distintos países y de distintas culturas. Durante un largo tiempo fui portero del templo, y debía abrir las puertas de ese lugar tan especial cada mañana, mucho antes del amanecer. Allí tuve experiencias muy lindas de compañerismo con nuestro Señor.
Para el año 1990 llegaban a nuestras manos diversas publicaciones, una de un movimiento Argentino llamado "El tercer ángel", con fuerte énfasis en ideas sobre temas polémicos, como también la revista "Nuestro Firme Fundamento" de Hope Internacional. También se empezaron a escuchar sobre los conflictos con Desmont Fort y Walter Rea. El momento era propicio para la formación de distintas líneas de pensamiento dentro del Seminario. Precisamente en esa época, dos compañeros empezaron a lograr un fuerte liderazgo promoviendo ideas, citas y debates sobre ciertos temas. Ellos eran Andrés Sicca y Sergio Caseiro. Andrés había estudiado teología en EE.UU., y había sido formado por un grupo denominado "Adventistas Históricos". Sergio era un nuevo Adventista, recién convertido, pero venía con un "cierto aire de santidad". Parecía un poco raro. Ellos no comían queso ni huevos, y Sergio pasó por algo que a nosotros nos pareció un poco gracioso, el romper su noviazgo, por fuertes convicciones de que el beso era pecado durante el noviazgo. Al mismo tiempo la universidad estaba tomando una línea un poco liberal en ciertos puntos tradicionales, lo que trajo cierto descontento entre los estudiantes de teología.
El año 1991 para mi fue un año de mucha confusión en el campo de las ideas. Tanto leer a Nuestro Firme Fundamento, había creado un gran conflicto en mi mente sobre el tema del perfeccionismo, en relación especialmente con el tema de la naturaleza humana de Cristo. Había cosas que no podía entender ni de una postura, ni de la otra. Pero prefería aliarme a los "tradicionalistas" y no negociar con las posturas liberales de los dirigentes de la Universidad.
Para el año 1992, algunos sucesos hicieron que cambie radicalmente de postura ideológica. En primer lugar Andrés y Sergio ya no estaban. Andrés había dejado la iglesia y se fue al mundo. Decían que se había vuelto alcohólico, que fumaba, y tenía varias mujeres. Creo que era verdad. A Sergio lo volvimos a ver luego de un tiempo. También había dejado la iglesia, y había intentado suicidarse en la ciudad de Mendoza. Milagrosamente fue salvado por la ayuda de una persona que habló con el. Otro suceso fue el encontrar entre los casetes de sermones de la universidad un tema sobre Cristología que trajo paz a mi alma, y la seguridad de la Salvación. Rechacé y repudié totalmente las ideas perfeccionistas que durante más de un año habían confundido mis pensamientos y acciones. La semana de oración del pastor Isaac Bechara trajo una nueva experiencia para mi vida con el Señor Jesús.
A partir de allí decidí predicar a Jesús y su Justicia, y levantar en cada Sermón, en cada estudio las verdaderas Buenas Nuevas del Adventismo. Durante mis años de ministerio en Misión Global, tuve la oportunidad de conocer y trabajar con una persona maravillosa, el pastor Homero Salazar. Un predicador del cual aprendí y adapté sus métodos a mi ministerio, aunque en algunos puntos difería con su metodología. Realmente me aparté mucho de la corriente de "Adventistas Históricos" que antes defendía. Lastimosamente tuve que dejar mi ministerio y tuve que pedir mi salida de la Iglesia Adventista del 7º día al encontrarme con un liderazgo, y un pueblo Adventista en mi país muy encerrado todavía en el Tradicionalismo Adventista, y verme muy limitado en la posibilidad de trabajar en un marco de confianza entre personas de tan diferente visión. Los puntos que más conflicto me produjeron fueron una mayor amplitud de pensamiento con respecto al sistema de adoración Adventista, mi relacionamiento muy frecuente con pastores y líderes de otras denominaciones, y el presentar abiertamente la postura sobre el sacerdocio universal de los creyentes, donde todos tenemos el privilegio de acceder al plan de salvación directamente, a través de Cristo, y no a través de pastores o intermediarios, y también presentar el concepto de que no existe una verdad absoluta estructurada, sino que la verdad es progresiva, y todos, tanto Adventistas como de otras denominaciones Cristianas estamos en la búsqueda de la verdad. Creo que la verdad no debería ser algo tan teórico, sino más bien una experiencia con Cristo, la Verdad Suprema, aunque su Palabra es el elemento fundamental para encontrarlo a El.
Desde el año 2000 dejé el Adventismo del 7º día, y ahora me considero un Adventista de las Buenas Nuevas, un Adventista Evangélico, o como prefiera usted llamarlo. Amo al pueblo Adventista, un pueblo maravilloso que me dio las herramientas para ser lo que soy. Amo la venida del Señor Jesús con todo mi corazón. Amo la paz y el descanso provistos por mi Señor Jesús, a través de la Justificación por la fe, expuesta en las epístolas Paulinas, y en el libro de Hebreos. Disfruto del sábado como símbolo de la paz y el reposo otorgados por la gracia y el amor de Dios hacia mi vida, demostrados en la cruz del Calvario. No creo que el Sábado deba ser una carga para nadie, como tampoco creo que quite el lugar al sello de Dios en mi vida, El Espíritu Santo de la Promesa. Aunque es mi deleite estudiar las profecías bíblicas, no creo tener el poder de determinar que mi postura sea la única opción valedera, sino que espero por la fe en el Señor a que el desarrolle su plan conforme a su voluntad, y no conforme a mis esquemas mentales. Mi mayor deleite es estar y compartir mi vida con Adventistas de las Buenas Nuevas, ya sean Adventistas del 7º día, Adventistas Menonitas, Adventistas Bautistas, Adventistas Pentecostales, o Adventistas Católicos.
Me congrego regularmente en la iglesia Evangélica Alfa y Omega, una iglesia maravillosa que predica del amor de Jesús y su pronto regreso. Trabajo para Alfalit del Paraguay, una organización Interdenominacional donde nuestros lemas son "Nunca es tarde para aprender" y "De las tinieblas a la luz". Soy participante en el proyecto misionero y de acción social Misión de Amor donde tratamos de llevar el amor de Jesús de una manera práctica a las personas con menos posibilidades. Sigo siendo un Adventista de las Buenas Nuevas, y oro cada día para que muchos Adventistas Históricos, para que los "Adventistas laicos", para que los "Adventistas tradicionalistas", puedan llegar al conocimiento de Jesús y del verdadero mensaje de su Palabra. Agradezco al Señor por las maravillosas experiencias que pude pasar en mi vida, y también por todas las experiencias que me permitirá pasar en el camino hasta su encuentro, cuando en Gloria y majestad aparezca para que allí podamos llegar a la plenitud de Cristo, la plenitud del conocimiento, y la plenitud del amor.

Wolfgang Streich.
Asunción, Paraguay.
Año 2002.
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"No volvamos atrás", fue el mensaje de Wilson en una convención de jóvenes



En un conmovedor mensaje de una hora, Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, exhortó a los jóvenes reunidos en la convención Generación Joven por Cristo (GYC) este 7 de enero a que vivan vidas de fidelidad y servicio cristiano.



"No hay duda de que el Señor nos llama a avanzar y a no volver atrás", dijo Wilson.
Poco después de la reunión de la mañana, unos cinco mil jóvenes, incluidos Wilson y su esposa Nancy, abordaron 75 autobuses y realizaron testificación puerta a puerta, invitando a las personas a inscribirse en estudios bíblicos.
Durante el sermón, que fue transmitido en vivo por canales de cable, satelitales y de Internet, Wilson dio especial énfasis a la vida cristiana práctica, incluidos los hábitos de estudiar la Biblia, orar, testificar y leer los escritos de Elena G. de White.
"Algunos miembros tienden a minimizar o aun desechar los consejos del espíritu de profecía", dijo Wilson.
"Creo que el espíritu de profecía es uno de los más grandes dones para el pueblo remanente del tiempo del fin. Que ningún líder, pastor, docente, administrador, o quien sea los aparte de confiar plenamente en el espíritu de profecía, que señala a la Biblia como Palabra autorizada de Dios".
Wilson enfatizó vez tras vez la importancia del compromiso personal con las verdades de las Escrituras y la misión de la iglesia.
"Cada uno de manera individual tiene que trabajar por Cristo para servir a otros", dijo Wilson, que instó a los jóvenes para que colaboren en sus iglesias locales como maestros de Escuela Sabática, visitando a otros miembros y participando de las juntas de iglesia.
Wilson enfatizó los frutos espirituales de la cooperación entre los diversos ministerios, incluido GYC: "Cuando permitimos que el Espíritu Santo nos transforme a semejanza de Cristo, comenzaremos automáticamente a hacer la obra que el Señor nos ha mandado.
De esta manera, el carácter de Cristo será visto en lo que hacemos, no meramente en lo que no hacemos".
Wilson también apeló a los jóvenes para que tomen decisiones morales sólidas: "Es mi oración que los más grandes ejemplos de nuestra fe y estilo de vida que demos al mundo pertenezcan a los jóvenes adventistas".
Wilson invitó a los jóvenes a que se adelantaran para comprometerse a servir a la iglesia, y compartió un motivo especial por el que aguarda la segunda venida de Cristo.
"Quiero más que nunca que Cristo regrese", dijo. "Hace dos semanas y media, perdí a mi padre. Él descansa en el Señor. Como pastor y líder, mi padre creía en los jóvenes de esta iglesia, y yo también creo en ellos. Esta iglesia comenzó con jóvenes, y estos tendrán una función clave en el cumplimiento de la misión".
El mensaje de Wilson recibió respuestas entusiastas. Chevene Simmonds, de Milledgeville, Georgia, dijo que "fue muy bueno que el nuevo presidente de la iglesia mundial les dirigiera la palabra. El Espíritu Santo ha estado presente, y me ha desafiado a hacer mejor las cosas".
Ashley Kanomata, de Lewisberg, Ohio, dijo que el mensaje de Wilson "resultó muy inspirador. Los jóvenes necesitan asumir una parte más activa en la obra de la iglesia".
Y Heather Braman, de Canby, Oregon, expresó: "Creo que el mensaje fue maravilloso. Nunca me sentí tan bendecida". Aprendí que "todos ejercemos una influencia y, si trabajamos juntos, pueden suceder cosas maravillosas".

Fuente: Sermones Adventistas



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sábado, 26 de febrero de 2011

Leccion 10


Hola muy buen dia, espero que el estudio de HOY les ayude en mucho, aqui les dejo la  Leccion de  Escuela sabatica.para poderla leer a Gusto y sin Dificultad pues hacer clic en la Opcion "Full" que se encuentra en la parte Baja del Slide. No se Olviden de  Comentar, que sea de ayuda para los demás visitantes .Buen dia!! Bendiciones. Me disculparan, pero el titulo son Los Celos XD...errar es  Humano y Disculpar  Divino. Feliz Semana.


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viernes, 25 de febrero de 2011

Si sus palabras afirman la verdad, significan lo contrario

Voy a mencionar unas frases, y ustedes deben determinar qué tienen en común: “Voy a ser totalmente sincero contigo”, “¿Quieres saber la verdad?”, “Créeme”, “Pues, para ser honesto contigo…”
¿Verdad que fue fácil? Todas las frases tienen que ver con la verdad; son casi una plegaria que solicita expresamente que creamos en las palabras que vienen antes o después. ¿Qué tanto debemos creer en ellas…? Déjenme explicarles poco a poco:
Para el cerebro que “dice la verdad”, es absolutamente innecesario perder tiempo y esfuerzo diciendo alguna de estas frases, pues en la convicción de que la verdad por sí misma será suficiente para convencer, no necesita ayudarse con excesiva verborrea. Pero para aquél que está tratando de escabullir una mentira, estas palabras no sólo le dan un poco de tiempo para pensar, sino también le dan una falsa sensación de seguridad al tratar de “reforzar” lo que se está diciendo.
Piénsenlo por un momento: ¿Cuando tratamos de explicar un hecho que es verdadero, usamos estas frases en algún momento? segurísimo que no. Lo más probable es que hayamos explicado la situación dos o incluso tres veces, recurriendo a toda clase de referencias y pruebas de nuestra veracidad. El decir “¿Quieres que te diga la verdad?”, es un absurdo, puesto que OBVIAMENTE nuestro interlocutor no sólo quiere, sino que merece que digamos la verdad.




Fuente: Lenguaje Corporal. org







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miércoles, 23 de febrero de 2011

Lo que provoca tu Alabanza

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.


Hechos 16:25





Ellos estaban encarcelados, pero no se sentían presos.
Sus almas se encontrabas en plena libertad.

Sus corazones le adoraban con más devoción que nunca.
Sus mentes meditaban solo en las grandezas de Dios.
Ellos sabían que estaban allí con un propósito específico.

Por eso mientras las cadenas trataban de atarlos, ellos podían cantar hermosas melodías para Dios y los demás prisioneros los escuchaban.

Ellos no estaban solos, Dios los acompañaba en medio de aquella celda.
Cuando la tierra temblaba y se estremeció todo cuanto había en aquella cárcel, no huyeron, ni se intimidaron.


Testificaron de las grandezas de Dios con sus actos, permanecieron en total paz, control y seguridad, pues sabían en quién creían.


Sus alabanzas provocaron algo no solo en el mundo espiritual, sino que también físico, pues aquel carcelero que se quería matar con su espada, recibió a Jesús en su corazón. Tal era la presencia de Dios en medio de aquella prisión que se desató de forma maravillosa el poder sobrenatural de Dios.


Y si tú le alabas, ¿has pensado en lo que podría producir tu alabanza?


No importa la enfermedad, el problema o circunstancia, tu alabanza tiene poder. Cuando le alabas desde lo profundo de tu corazón, con sinceridad, hay liberación, pueden ocurrir milagros a tu alrededor. Puedes sin darte cuenta provocar un terremoto espiritual donde las cadenas de los oprimidos sean rotas, donde la sanidad del alma, el cuerpo y el espíritu puede ser lanzada para las vidas.


Si te encuentras pasando un momento difícil, yo te invito a alabarlo.


Adora a Dios por lo que es él, el dueño de tu vida y de tu corazón. Aunque no veas nada a tu alrededor, aunque la respuesta que estás esperando parezca no llegar, alábalo, espera pacientemente en él, porque aunque parezca demorar, llegará. Porque adorándole estás demostrando que lo amas, que tienes fe en él y que confías en que él sabe lo que es mejor para ti.


¡No desmayes, tu alabanza provocará algo hermoso!




Autora: Brendaliz Avilés

 





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¿Tú voluntad o su voluntad?



Hay momentos en nuestra vida en donde necesitamos hacer un alto, en donde es primordial reflexionar sobre lo que estamos haciendo y estar cien por ciento seguros que eso es de Dios.


Y es que pasa que muchas veces somos orientados por nuestras emociones, creyendo que lo que sentimos emocionalmente es lo que el Espíritu Santo nos está guiando a hacer, cuando en muchas ocasiones estamos anteponiendo nuestras emociones a la verdadera voluntad de Dios.


Es bueno hacer un alto en la vida y preguntarle al Señor: “Dios mío, ¿Te agrada lo que estoy haciendo o lo que voy a hacer?”. Y es que no podemos ir por la vida haciendo lo que nosotros creemos correcto, antes de lo que Dios quiere en realidad que hagamos.

Y es que aunque muchas veces parezca que lo que Dios te está mandando a hacer es ilógico, tienes que hacerlo, porque en medio de lo que para ti es ilógico, Dios te mostrara que en sus planes era lo más lógico hacer.


A veces somos conscientes que lo que estamos haciendo es incorrecto, pero por alguna extraña razón no hacemos nada por cambiar eso que muy bien sabemos que tenemos que cambiar.


Y es que pareciera que somos unos especialistas para hacer lo contrario a lo que Dios quiere que hagamos. Y al reflexionar sobre esto a mi mente viene la figura de un Jonás, aquel hombre que Dios designo para llevar un mensaje a una ciudad muy difícil como lo era Nínive, pero este hombre no se atrevió a hacer lo que Dios quería que hiciera, a lo mejor temía por su vida porque la gente de Nínive era muy mala, por lo tanto decidió ir al lado contrario, partiendo hacia Tarsis.


No permitas que en el barco que vas hacia el otro lado de la voluntad de Dios sufra una tormenta tan fuerte que para calmarla te tendrán que tirar a la mar, porque luego vendrá un gran pez que te tragara y que tu estancia dentro de él será desagradable, para que por ultimo te vomite y vayas en pos de la voluntad de Dios, que muy bien pudiste hacer desde un principio sin la necesidad de haber pasado por todos esos episodios difíciles en tu vida. (Leer Jonás Cap.1 al 3)


Hoy es un buen día en donde podemos reflexionar acerca de lo que estamos haciendo, preguntarle al Señor si El esta agradado de lo que estamos haciendo o de lo que pensamos hacer y si realmente sabemos que a Él no le agrada, ¿Qué esperas para comenzarlo a agradar?


No hay nada mejor que estar en paz con Dios, no hay nada mejor que tratar de agradarlo, aunque nos cueste mucho, aunque nuestra naturaleza humana quisiera lo contrario, mas sin embargo el hecho de agradar a Dios nos traerá resultados hermosos y bendiciones especiales.


¡Examina bien tu vida y vive cada día con el único objetivo de agradar al Señor!
“Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de mí!”

Salmos 40:8





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¿Cómo quieres ser recordado?



Esta semana leía en alguna parte un artículo que hablaba de que la generación de hoy en día es la que menos sabe de la Biblia. Al leerlo sentía un cierto sentimiento de entre enojo e impotencia porque me doy cuenta que en parte es verdad.

La gente vive hoy en día a base de la experiencia popular, olvidándose de vivir según lo que Dios ha estipulado a través de su palabra, pero: ¿Cómo vivir según la voluntad de Dios, si no se lee la Biblia?

Es difícil tratar de ser guiados por Dios, mientras no forjemos en nosotros un hábito de lectura y especialmente de lectura de la Biblia. Y es que la generación de hoy en día podemos dedicar cuatro o cinco horas al Facebook, a Youtube, a Twitter u otra red social, pero jamás le dedicarías ese tiempo a la lectura de la Palabra de Dios y luego nos preguntamos, “¿Por qué las cosas no me salen bien?”.
Mientras escribo esto Dios me lleva a leer el siguiente pasaje:

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.

Deuteronomio 6:6-9 (Reina-Valera 1960)

Sinceramente me duele el corazón darme cuenta, que poco a poco hemos ido sustituyendo nuestra relación personal con Dios por cosas vanas que no traen edificación a nuestra vida y que nos vuelven más vulnerables a los ataques diarios del enemigo.

¿Qué estamos haciendo?, ¿Qué generación vamos a forjar?, Si nosotros somos como somos, ¿Cómo será la próxima generación? ¡Que Dios nos ayude!

Cada uno de nosotros tenemos el deber de cambiar la historia, todos juntos podemos hacer que la próxima generación sea de hombres y mujeres llenos del Espíritu, que busquen a Dios con todo su corazón, que basen su vida en la Biblia y que puedan hacer mejores cosas de las que nosotros hicimos.

¿Y cómo podemos cambiar esto?, comenzando desde nosotros mismos, practicando diariamente la lectura y reflexión de la Biblia, no basta solo con leerla, tienes que reflexionarla. Dedicando diariamente un tiempo especial para el Señor, así como se lo dedicas para tantas cosas que haces a diario y que no tienen mucho provecho. Sirviendo con un corazón sincero y humilde al Señor en cualquier área que se pueda y sobre todo viviendo cada día como que si fuera el último día de nuestra vida, tratando de ser mejores personas, mejores discípulos y mejores hijos de Dios.

¿Cómo quieres ser recordado en la historia?
Personalmente quisiera ser recordado como un hombre que a pesar de sus miles de imperfecciones, trato e intento cada día agradar a Dios y aunque muchas veces fallo en el intento, jamás se dio por vencido y lo intento tantas veces como pudo.

Y tú: ¿Cómo quieres ser recordado?

Autor: Enrique Monterroza


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Que los comentarios de la gente no te destruyan

“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.


Gálatas 1:10




En algún momento de mi vida mi mayor anhelo era quedar bien con todas las personas, tratar la manera de agradarlos en lo que pudiera para que manejaran un buen concepto de mi.


Obviamente no lo lograba, siempre había quienes por más bien que tratara de hacer las cosas, tenían un comentario negativo acerca de lo que hacía.


Durante mi vida en el Ministerio he aprendido a vivir con comentarios positivos y también negativos, comentarios de gente que valora nuestro esfuerzo y nuestras ganas de hacer cosas para Dios, así como también con comentarios de personas que jamás ven algo bueno en nosotros y que siempre hay algo malo a lo que apuntan con dureza.


Quizá tú también en algún momento de tu vida has sido víctima de comentarios negativos, de gente que a pesar que te esfuerzas por quedar bien con ellos, nunca lo logras. Quizá en este momento te sientes mal contigo mismo, porque cierta persona ha comentado de ti cosas que no son ciertas y eso te ha llevado a bajar tu ánimo, a entrar en una especie de depresión y a dudar de lo que Dios puede hacer contigo.


Hoy quiero animarte a que no permitas que esos comentarios de gente negativa te destruyan, a que esos malos comentarios lejos de destruirte solo sean un motivo más por el cual esforzarte. Te lo dice alguien que lo ha vivido en carne propia, te lo escribo no porque me lo han contado, sino porque lo he vivido.


Si en un principio cuando Dios me permitió iniciar todos estos ministerios, yo hubiera hecho caso a los malos comentarios, a las críticas negativas o a las burlas que mucha gente lanzo en contra de mi, creo que hoy no estarías leyéndome ni mucho menos visitando este sitio.


Y no es que yo sea un súper cristiano, estoy lejos de lograrlo, soy una persona normal, con luchas diarias como tú, pero si algo Dios me ha enseñado es a no detenerme por comentarios que no son ciertos. A mí me importa lo que Dios piense de mí y si El me llamo a quien le debo mi servicio es a Él.


Siempre habrán personas que no miraran lo bueno de ti, sino que siempre juzgaran lo malo, siempre habrán personas que lejos de animarte a seguir, querrán evitar que sigas, pero depende de cada uno de nosotros dejarnos manipular por esos comentarios que JAMÁS SERAN DE DIOS, porque Dios nunca te desanimaría a servirle o hacer cosas para El.


Es un buen tiempo para reflexionar sobre esas voces negativas que has escuchado y evaluar si realmente es de Dios o no, estoy seguro que no tardaras mucho para darte cuenta que esa no es la voz de Dios, entonces, si no es la voz de Dios, ¿Por qué te sientes mal?, ¡Vamos!, ¡Levántate y no dejes que el enemigo logre su objetivo contigo!


El enemigo sabe que tú tienes un potencial tremendo que de ser explotado en el Señor le arrebatarías muchas almas, por lo tanto lanzara toda clase de ataques contra tu vida para desanimarte, tratara por medio de comentarios negativos echarte para atrás y que no prosigas, porque eres peligroso para él, porque sabe que de la mano de Dios puedes lograr TODO lo que te propongas.


¡Es hora de hacer oídos sordos a esos comentarios destructivos!, no permitas que tus oídos se conviertan en un basurero del diablo, en el que echa toda clase de peste para que no logres tus objetivos.


Tenemos que aprender a avanzar a pesar de cualquier cosa, a proseguir a la meta, a nunca darnos por vencidos menos por comentarios que no son los que Dios tiene acerca de ti y de lo que haces.


Nunca te rindas, porque si te rindes nunca sabrás hasta donde podías llegar con la ayuda de Dios.


Hoy te invito a que no te dejes intimidar por comentarios negativos, a que no le sigas prestando tu valiosa atención a esas palabras que no traen ningún provecho, se fuerte, esfuérzate por cumplir el propósito para el que fuiste llamado y recuerda siempre que NO ESTAS SOLO, que Dios es quien pelea las batallas por ti y quien está a tu lado, nunca desmayes, AVANZA SIN TEMOR.



Tú no eres de los que retroceden, así que AVANZA.


Autor: Enrique Monterroza



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lunes, 21 de febrero de 2011

Mujeres- No Sé Cómo Pedir Amor 1

Ustedes saben que los seres humanos no nacemos amando, no nacemos sabiendo amar; el amor se aprende. ¿Y cómo aprendemos a amar a los demás? A través de las experiencias que hemos vivido en nuestra vida.


Por ejemplo: ¿se acuerdan ustedes si sus papás eran de besarse, de hacerse caricias, de decirse palabras lindas? Algunas sí, algunas no. Había padres que por ahí tenían la costumbre de decirse cosas lindas, de besarse delante nuestro, de tener gestos de cariño, de amor; y hay otros que nunca vimos un acto de amor; era más bien una relación distante. Y de ahí también aprendimos de lo que se hacía y de lo que no se hacía. Si tuvimos padres que no eran afectivos, nos va costar tal vez mucho demostrar amor.


Hemos aprendido también el amor con respecto a las amistades; cómo veíamos a las parejas amigas; cómo se demostraban afecto, cómo se demostraban amor. Hemos aprendido acerca del amor a través de la televisión, a través de las novelas.


Hemos aprendido el amor. No es algo que surge de pronto; el amor lleva un proceso de aprendizaje. Vamos aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida a amar. Y lo que nos cuesta muchas veces a las mujeres es pedir actos de amor. 


Nos cuesta mucho decirle al otro cómo queremos que nos ame; creemos que el otro nos tiene que amar a primera vista, como hemos visto en el cine, en las telenovelas. “Me tiene que amar, le tiene que salir, tiene que saber lo que quiero, tiene que saber lo que me gusta.” El otro tiene que tener como una ‘bola de cristal’ y saber lo que a mí me gusta… ¡Mentira!


Y muchas veces no nos atrevemos a pedir amor; a veces porque creemos que pedir amor es rebajarse: “Ah no; si yo le tengo que pedir que me regale flores, eso es rebajarme; a él le tiene que salir naturalmente.” ¿Cuántas piensan así?


Piensan que pedir amor, pedir un acto de amor, es rebajarse. “Ah no; si a él no le sale espontáneamente regalarme bombones, es porque no me ama; yo no se lo tengo que ir a decir.” Y hay otras mujeres que no piden actos de amor, porque no saben cómo quieren ser amadas.


Y si yo no sé -porque nunca he visto el amor- no sé cómo quiero que me amen, qué es lo que quiero que me digan, qué es lo que quiero que me den, qué es lo que quiero que me ofrezcan en una pareja, no lo sé. Otras veces, hay muchas mujeres que creen que no se merecen recibir nada.


Vamos al primer grupo de mujeres, las que creen que pedir un acto de amor es rebajarse. Son las mujeres que dicen que el amor tiene que surgir espontáneamente. “Y sí; yo quiero que mis hijos me den un beso; a ellos les tiene que surgir; soy la madre… ¿Qué? ¿No se dan cuenta que me tienen que dar un beso?” ¡No! Se lo tengo que pedir.


Hay mujeres que dicen: “No, no, no… yo quiero que me hagan una fiesta de cumpleaños, pero que sea sorpresa, que a ellos se les ocurra.” Se lo tenés que pedir. Porque si vos no hablás, si vos no pedís lo que querés, el otro no sabe, o se hace el vivo y tampoco te lo da.


Entonces hay que recordar todo el tiempo cómo querés ser tratada, cómo querés ser amada; porque si no le decís a los demás cómo querés ser tratada y amada, los demás te van a ver de acuerdo a los que ellos creen que vos te mereces… algunos creerán que te mereces más y otros creerán que te mereces menos. Por eso: no dejes en manos del otro el decidir cómo vos querés ser amada. Porque, querida mujer, vos no sos ‘inquilina’ de tu vida… vos sos la dueña de tu vida.


¿Cuántas hacen el amor acá? ¿Cuántas tienen relaciones sexuales?


Entonces, vos haces el amor y tu marido eyacula; y se duerme y vos no tuviste orgasmos; y vos decís “¿qué será eso? ¿qué es un orgasmo?” Decís: “quiero tener un orgasmo alguna vez en mi vida; ¡no he tenido ninguna ‘noche buena’! Quiero tener un orgasmo, y él se tendría que dar cuenta…”. No; no se da cuenta que vos querés, porque vos nunca se lo manifestaste; y él cree que vos estás feliz con él, y vos nunca le dijiste nada.


Y decís: “¿para qué se lo voy a decir? Él es tan… tan bestia es, que no se da cuenta; ¿puede ser tan bruto que no sepa que necesito también tener placer?; ¿puede ser tan ignorante que no se dé cuenta de mi necesidad?; ¿puede ser tan desagradecido, con todos los años de amor que le di?”




Por Alejandra Stamateas




Continua...

Lee No se Cómo Pedir Amor 2
Lee No se Cómo Pedir Amor 3





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Mujeres- No Sé Cómo Pedir Amor 3

Continuemos.


2. “Tengo que ser clara y específica”


A veces no recibimos, porque pedimos mal; no sabemos cómo pedir. Hay que pedir específicamente. Vos no podes dar vueltas: “…tengo taaaanto calor… qué calor hace en este lugar… y yo, encerrada todo el día; encerrada en la casa; cómo me gustaría…” ¿Qué querés pedir? ¡Pedilo específicamente!: “quiero que me vayas a comprar un kilo de helado, mi amor.”


El gran problema es que a los demás no les queda claro qué es lo que querés porque las mujeres somos ‘vuelteras’: en vez de pedir algo específico, le damos vuelta, y vuelta… “¿se lo digo o no se lo digo…?, ¿lo hago o no lo hago…?” “Mirá: yo quiero que me des amor; pero a veces me acuerdo de mi ex-novio; quiero que me ames pero a la vez quiero que me ame el otro”, y nunca le decís nada en claro. Tengo que ser clara. Tenés que ser clara cuando pedís.


Específica y clara, para que el otro no dude acerca de lo que vos querés. “¿Qué querés que te regale?” “No sé… me gustaría un vestido rojo; pero a la vez me gustaría uno verde; pero a la vez me gustaría una flor para la cabeza; un par de zapatos…” ¡No! Sé especifica; no des vueltas.






3. “Tengo que pedir sabiamente”


Aprendé a pedir en el momento correcto.


A veces no nos dan porque pedimos en el momento incorrecto. Si vos le vas a pedir un beso a tu hijo adolescente, justo cuando está con el resto de sus amigos… fuiste. Vas a salir mal parada, por no buscar el momento correcto. Porque a los adolescentes lo que menos les gusta es que les hagas pasar papelones frente a los amigos; no les gustan las manifestaciones de cariño; te echan… ¿te diste cuenta? Y no es que no te aman; es que pediste algo en el momento incorrecto.


Pedíselo en el momento correcto, pero pedíselo: “quiero que me des un abrazo, hijo; me encantaría que me des un abrazo; sabés que hoy necesito un abrazo tuyo.” Pedíselo; no tengas problemas. Sabiamente y específicamente: un beso o un abrazo… ¿me entienden?


Pedí con optimismo, como si siempre los demás te van a responder que sí.


Porque, queridas mujeres, la actitud en la vida es fundamental. Yo vi un vestido hecho por un buen diseñador. Entré a la casa del diseñador, a su negocio, y le dije: “éste vestido me encantó.” Fui a la semana siguiente y le dijimos: “¿lo podés prestar para el programa de ‘Utilísima’?” ¡Y me dijo que sí! Me podría haber dicho que no; pero sin embargo me dijo que sí. ¿Sabés por qué? Porque me atreví a pedir. Así que, cada vez que vos vayas a pedir algo, siempre andá con la actitud de un sí.


Si vos pedís algo y decís: “yo sé que no me lo vas a dar…” ¡fuiste! Porque vas negativa; tu actitud es negativa. “¡Che, tonto, dame eso que te pido!” tampoco te van a dar nada. Si vos decís: “¡acá yo tengo derecho!” porque hay mujeres que usan mucho el mangazo, que es diferente. Una cosa es pedir y otra cosa es manguear. Yo no te estoy hablando de manguear, de ir a cualquiera y decir: “vos me tenés que dar, porque al final sos una hermana en Cristo, ¿cómo no me ayudás?” Eso es manipulación; no aceptes manipulación de nadie en la vida; porque vos tenés derecho a decir que no o a decir que sí; pero por tu propia voluntad, no porque te manipulan.


Si vos sos una sargento manipulando a los demás, o pidiendo, exigiendo a los demás que te den, nadie te va a dar; porque todo es cuestión de actitud.






4. “Tengo que celebrar y ser agradecida”


Y por último; cuando hayas pedido; hayas sido sabia y especifica; hayas esperado siempre un sí, y lo hayas hecho con mucho tacto: celebrá lo que recibís y agradecé.


Hay mujeres a las que le dan algo y dicen: “hmmm… ya era hora; años esperando que me lo dieras; por fin te acordaste, al fin te diste cuenta.” “Vamos a ver ahora, a ver si me das lo que te pedí, o me das menos”… siempre con un reproche. Y el reproche no sive.


Si vas a celebrar, vas a agradecer, hacelo bien. Porque cuando vos agradecés, vos dejás grabado en el otro lo que sí te gusta. No es cuestión de estar todo el tiempo diciéndole al otro: “no, pero al final era hora, era lo que tenías que hacer…” No. Agradecé y celébralo; porque al otro le va a quedar grabado: “me hizo bien que me agradeciera; le gustó lo que hice.”


Porque cuando uno da algo, le gusta que al otro le guste, que el otro esté feliz, que el otro esté contento. Tenés que ser una mujer agradecida. El agradecimiento siempre te trae fruto.




Por Alejandra Stamateas


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Mujeres – No se Cómo Pedir Amor 2

Continuemos.


El hombre no te responde porque vos nunca se lo manifestaste; y a los hombres hay que decirles, y volverles a decir, y volverles a decir, y volverles a repetir las cosas. Si vos querés tener un orgasmo decile: “viejo hoy me vas a esperar hasta que lo tenga”, porque si no se lo decís, él no se enteró nunca. ¡¿Cuántas están acá y no se asustaron?!


No puede ser que vos sigas pensando que la gente se tiene que dar cuenta. La gente, con los dramas que tiene hoy, no se da cuenta de tu necesidad. Entonces vos tenés que expresar, tenés que decir, vos tenes que hablar. Porque si vos no se lo decís, después te queda la sensación: “y… viste, nadie me ama; yo quería una fiesta de cumpleaños y nadie me lo hizo…” Pero si vos no lo pediste, si vos no dijiste nada…


“Y, yo quería que me regalara flores, pero no me trajo; se las regaló a la madre, y a mí nada… siempre quiso más a la madre que a mí; yo sé que no rompió el cordón umbilical”… ¡pero vos no se lo dijiste!


Hay otras mujeres que no piden porque no saben qué pedir, porque son mujeres que creen que no se lo merecen. Son esas mujeres que dicen: “qué le voy a pedir al gordo… bastante que me eligió a mí; qué le voy a exigir, si viene cansado del trabajo, encima que yo tenga un orgasmo… que se descargue él y listo.”


“Y usted, ¿qué sueldo pretende ganar?” “No sé… lo que quieran, lo que se le ocurra…” “Y… ¿cuánto cuesta el trabajo que usted hace?” “No sé… póngale usted un precio.” ¡No saben cuánto valen!


“Vieja ¿vamos a comer afuera o comemos en casa?”…, y ¿dónde terminan comiendo…? ¡En casa! Ella tenía la oportunidad de decidir, de hablar, y sin embargo vos decís: “qué le voy a pedir, qué le voy a exigir; el viejo bastante que se esfuerza.”


Seguís viviendo como una inquilina de tu vida, que no te conoces a vos misma y que siempre priorizas a los demás, siempre las necesidades de las demás; vos se las cumplís a todo el mundo, pero las tuyas ni siquiera las conocés. Por eso: tenés que empezar a conocerte vos misma, a tener contacto con vos misma; a decir “¿cómo me siento frente a esto?


¿Estoy contenta con mi vida sexual? ¿Estoy contenta con mi vida matrimonial? ¿Estoy contenta con mi vida económica? ¿Estoy conforme con mi vida espiritual?” Y tenés que analizar todo eso; porque algo hay que cambiar; y si hay que cambiar, no le corresponde al otro; te corresponde a vos, porque vos sos dueña de tu vida.


Sino la gente te va a dar lo que cree que vos merecés, lo que a ellos les parece. La gorda se conforma con dos mates que tome con ella a la mañana, antes de ir al trabajo; después ya no me molesta más en todo el día.” ¿Vos te conformas con tomar dos mates con tu marido y que en todo el día no pase nada más…? Pero tu marido se cree que vos estás conforme, porque vos nunca le expresaste nada.¡Pedílo! Si querés otra cosa, pedílo. Aprendé a pedir.






¿Y Cómo se Aprende a Pedir?


1. “Tengo derecho a pedir”


Eso en primer lugar; porque hay mujeres que creen que no tienen derecho a pedir. “¿Y qué más voy a pedir? ¿Y justo a mí? Si yo con todo lo que pasé, con lo que viví, lo que le hice sufrir…” Tenés derecho a pedir, y el otro tiene derecho a dártelo o no. 


Todos tenemos un derecho; vos podés pedir; el otro te puede decir que sí, o te puede decir que no. Porque tiene derecho a decirte que sí, o a decirte que no.


Ahora bien: tu pedido nunca tiene que estar atado a la respuesta. Tu pedido es tu pedido, independientemente de la respuesta. Vos siempre tenés que esperar un sí; pero tu pedido lo tenés que hacer. 


Cuando el otro te contesta no, no importa; estate contenta porque pediste. Y si el otro te contesta que sí, estate contenta porque pediste… ¡y encima te dijeron que sí! Pero tenés derecho a pedir. Decí: tengo derecho a pedir.


Vos tenés que decir: “yo lo pido; si me lo dan, bien; y si no, buscaré por otro lado.” Decí: yo lo pido, yo lo pido, yo lo pido. Y si te lo dan, bienvenido; y si no, seguiré buscando por otro lado.




Por Alejandra Stamateas




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Lee No se Cómo Pedir Amor 3





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La Fe Viene a Través de Quien me Enseña





¿Sabías que estamos inscriptos en la escuela de Jesús?


Cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas, Dios nos inscribe en Su escuela para enseñarnos, para entrenarnos en la fe, en sus sueños.


Sin embargo, siempre que quieras ser entrenado habrá problemas. Todas las personas que fueron entrenadas por Dios, pasaron por problemas.


Estamos inscriptos en la escuela de Jesús.


Ahora bien, cuando solamente podés ver tus problemas, vivís y respirás el problema, estas situaciones difíciles te parecerán lo peor que te pueda pasar en la vida. Sólo cuando tomes distancia de ellos y seas entrenado, todo problema te parecerá pequeño. Por eso, tomá distancia de estas circunstancias, no des más vueltas a su alrededor y te aseguro que vas a encontrar la solución.


En una oportunidad, Jesús asistió a una fiesta en Caná, ceremonia en la cual se habían quedado sin vino.


María, la madre de Jesús, apenada por esa situación le dijo: “Señor, no hay más vino”. A lo que Jesús le respondió: “Tranquila mujer, (una expresión de la época) cuando venga la hora todo estará arreglado”.


Les indicó: “Junten tres tinajas con agua”, y el agua fue cambiada en vino.


En otra oportunidad (Juan 21:5-7), siete de sus discípulos estaban pescando frustrados, amargados, porque Jesús había muerto y su Maestro ya no estaba más con ellos, pero en ese momento, Jesús resucitado se les apareció diciendo: “¡Tiren la red para el otro lado!” Lo hicieron y sacaron 153 peces.


Luego Jesús les dio de comer (Mateo 26:25-27), y con este acto les estaba diciendo: “Coman de mí, Yo soy el pan, Yo soy el agua, Yo soy el muro, Yo soy la comida”.


La Biblia es el alimento y la comida es el que te enseña.


“La fe es una semilla, es comida”; dice la Pala­bra.


¿De qué te alimentás? ¿Qué estás comiendo? ¿A quién estás escuchando?


No recibas cualquier alimento, no leas cualquier literatura. Vigilá qué comés.


Cuando Adán y Eva dijeron: “Estamos desnudos”, Dios les dijo: “¿Quién les enseñó que estaban desnudos?”


Los que te enseñan pueden mostrarte tu desnudez o la gloria de Dios; pueden tomar tu vida, transmitirte cosas malas y hasta matar tu fe.


No oigas a todo el mundo ni te dejes enseñar por cualquiera.


Entrenamiento no significa encerrarse en un seminario veinte años de la vida, aislándose de todos, para salir y ser alguien que no sabe adónde tiene que ir.


Nosotros tenemos que ser como Pedro y Juan, ellos caminaron cuarenta días con Jesús después de resucitado, y donde iban impartían su entrenamiento, volvían a dar entrenamiento y volvían a recibir entrenamiento.


La fe te acompaña donde la razón te abandona. Por eso, es que debés ser entrenado en tu espíritu, porque el alma te acompaña hasta el día de la prueba pero la fe, te acompaña más allá del día malo.


Las emociones te acompañan y te hunden en el momento de dolor, pero la Fe es lo que te levanta y dice: “He caído pero me vuelvo a levantar, siempre Dios abrirá una puerta, Dios está conmigo, nada me separa de Su amor”.


Si no soy entrenado en oír a Dios, siempre haré cosas que Dios nunca me dijo y después… lloraré las penas.


El libro de 2º Co.4:7 dice: “Estamos atribulados en todo, más no angustiados; estamos en apuro, más no desesperados; estamos perseguidos, más no desamparados; estamos derribados, más no destruidos”, ¿qué quiere decir?


Pablo está haciendo un contraste entre el alma y el espíritu. Está diciendo: “en mi alma yo estoy atribulado, pero mi espíritu no está angustiado; en mi alma, en mis emociones yo estoy en apuro, pero mi espíritu no está desesperado; mi alma está perseguida pero mi espíritu no está desamparado; mi alma está derribada, pero mi espíritu no está destruido”.


Pablo está diciendo: “Me pasa una cosa por la cabeza, pero me pasa otra muy distinta por el espíritu”.


Hechos 6:7 dice: “Y crecía la Palabra y el número se multiplicaba”.


Si la Palabra crece en mi espíritu, todo lo de afuera se multiplicará. Si la Palabra crece en tu interior, siempre tu exterior se multiplicará.


La Palabra es una semilla, y vos tenés que hacer que esa Pala­bra crezca.


FE es la manera en que Dios te entrena para hacer cosas grandes para Él.






Extracto del libro “60 Principios de Fe”


Por Bernardo Stamateas





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La Meditacion 4



Continuemos.


La Meditación Propiamente Dicha: Forma de Ejecutarla.


“Calentar el espíritu”. Si algo podernos hacer mientras nos levantamos, es dar gracias a Dios por estar así, por el descanso, al vestirnos, al asearnos, e ir incrementando algunas alabanzas más. No hacer ningún esfuerzo por sentir algo, no buscamos eso, si viene es añadidura. Buscamos relación con El, meditar en su Palabra, preparar el camino al Señor para que Él fije lo que quiera en nosotros.






Sugerencias Prácticas.


Tengamos un plan lo suficientemente elástico para ser conducidos a lo que el Espíritu desee, pero tengamos un plan.


 La meditación no es un estudio erudito de la Palabra de Dios, no quiere decir que este tipo de estudio no sea de valor, pero que no ocupe el tiempo de la meditación. Nos conviene meditar en la Palabra lo que hemos entendido e interpretado correctamente sin posibilidad de fantasear la Escrituras.


Orar la Biblia. Leer y orar, oraremos lo que está escrito. Hacemos comentario con Dios, asombrándonos, regocijándonos, humillándonos, aceptando su Palabra, quebrantándonos, quedándonos callados en espera: hay un sin fin de experiencias, gratificantes todas, con un sinnúmero de emociones que pueden sobrevenir.


El Espíritu nos puede mover a derramar lágrimas, o postrarnos en el piso y adorar, o aclamarle con alegría. Le dejarnos al Santo Espíritu de Dios, el derecho de proceder como quiera, puede que muchas veces no suceda nada extraordinario, igual está bien.


Podemos tomar un tema y charlarlo con Dios. Ver ese tema en las Escrituras, por ejemplo: Su autoridad, santidad, su misericordia, su amor, etc. Hay temas que la Biblia solo nos muestra la puerta para que pasemos a ser enseñados por El, al encarar esos temas nos exponemos ante el Señor y sobrecogedoramente él nos revela y entendemos el tema (Ex.3:1-6, 34:4-8, Jos.5:13-15, Is.6:1-7).


Puede formar parte de la meditación escribir lo que recibimos del Señor, eso que nos ha impresionado, lo que hemos descubierto de su voluntad, de su persona. De esta manera quedará impreso nuestro proceso de meditación, será una especie de diario espiritual.


Meditaremos también sobre posibles problemas que tengamos con otras personas, conversaremos con el Señor sobre esos asuntos, buscando su punto de vista. ¿Por qué llegamos a ese problema? ¿Cuánto aportamos es ese desenlace y la manera de solución que Él tiene en su Palabra?


No meditaremos en personas y sus defectos. A menos que queramos agradecerle al Señor y orar solo viendo las virtudes de otros. No meditemos sin la Palabra de Dios y sin oración, y menos sobre situaciones críticas que nos hayan ocurrido en el pasado o en el presente.


Es posible ser tomados por la meditación misma. El Señor irrumpe sobre nosotros con algo que quiere que profundicemos. Debemos ser dóciles y entrar en su tema. 


Algunas veces seremos despertados de madrugada, totalmente despejados con el tema propuesto por Dios. Seremos tornados por ese asunto aun durante el día, no cortemos ese trato de Dios con nosotros (por supuesto que sin dejar nuestros trabajos, si ser menos eficientes en ellos).


Volver vez trae vez a meditar sobre la cruz de Jesús, el cordero como víctima inocente, Jesucristo Señor, la segunda venida de Jesús.






Conclusión.


La meditación es pensar, reflexionar sobre lo que Dios ha hablado y aplicarlo a nosotros. Pablo desecho como pérdida todo pensamiento que no lo llevaba a conocer a Cristo, le llamó “basura”. O ganar a Cristo o acumular basura (Fil.1:8).




Por Pastor Victor Rodríguez
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